Ser uno mismo es un verdadero reto cuando se vive en un mundo donde parece abundar la hipocresía. Todos parecen tener claro lo que nos conviene, dándonos a entender sutilmente que no somos capaces de tomar decisiones.
Negar lo que en realidad eres puede salirte muy caro...
Toda una vida debatiéndote entre lo que eres y lo que crees que debes ser, sufriendo por no poder mantener una mentira permanentemente, por no llegar a convertirte en lo que otros pretenden que seas. Llegas a dudar de ti mismo, a sentir que no te conoces...
Debes preguntarte si estás viviendo la vida que te gustaría o simplemente te resignas a vivir lo que te ha tocado.
Sea cual sea tu respuesta, la buena noticia es que estás a tiempo de cambiar. En realidad no tienes que cambiar nada, más bien se trata de quitarte el disfraz que hasta ahora llevabas puesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario